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DEVOCIONALES

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PASOS HACIA LA LIBERTAD

El libro de Éxodo ha fascinado tanto a creyentes como a incrédulos a través de los siglos. Existen pocas historias bíblicas que han capturado la imaginación de la gente de diferentes épocas, culturas y creencias religiosas.

Christian Sarmiento ha escogido ver a Éxodo no sólo como una historia del pasado. En las páginas de este libro devocional, él nos lleva de vuelta a examinar momentos críticos en la historia de los hijos de Israel y de esos momentos resalta principios de vida para hoy.

Usted descubrirá una verdad que trasciende el tiempo y las circunstancias. A medida que lea estos pensamientos devocionales, encontrará verdades eternas para su caminar diario. Viajando a la par del pueblo de Dios de la antigüedad sentirá al Dios de ellos a su lado.

Duración 124 días

PASOS HACIA LA LIBERTAD
“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 20:16).
Lecturas adicionales: Salmos 15:1-3; Proverbios 12:18; 25:18; 1 Pedro 3:10; Santiago 1:26; 3:5-6.

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Este mandamiento es otra orden de Dios. Tenemos una sola opción ante esta orden: ¡Obedecerla!: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (v. 16).

Jesús nos amonesta más allá del acto externo. Jesús nos amonesta a examinar nuestro corazón, de allí salen los chismes: “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen... los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:18-19).

La solución para no ser chismoso/a:

1. Que Dios limpie nuestro corazón: “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones” (Hechos 15:8-9). “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne” (Ezequiel 36:26).

2. Una vez limpio el corazón, debemos llenarlo con lo que vale la pena: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11).

3. Necesitamos atesorar y cuidar nuestro corazón porque su estado dictará dónde pasaremos la eternidad: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Proverbio 4:23).

4. Nuestra conducta y la forma en que respondemos describe el estado en que está nuestro corazón: “El corazón del justo piensa para responder; mas la boca de los impíos derrama malas cosas” (Proverbio 15:28).

Hoy oro para que Dios nos limpie de la peor epidemia en la iglesia: “los rumores”. ¡Obedezcamos la palabra de Dios!

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