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DEVOCIONALES

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PASOS HACIA LA LIBERTAD

El libro de Éxodo ha fascinado tanto a creyentes como a incrédulos a través de los siglos. Existen pocas historias bíblicas que han capturado la imaginación de la gente de diferentes épocas, culturas y creencias religiosas.

Christian Sarmiento ha escogido ver a Éxodo no sólo como una historia del pasado. En las páginas de este libro devocional, él nos lleva de vuelta a examinar momentos críticos en la historia de los hijos de Israel y de esos momentos resalta principios de vida para hoy.

Usted descubrirá una verdad que trasciende el tiempo y las circunstancias. A medida que lea estos pensamientos devocionales, encontrará verdades eternas para su caminar diario. Viajando a la par del pueblo de Dios de la antigüedad sentirá al Dios de ellos a su lado.

Duración 124 días

PASOS HACIA LA LIBERTAD
“No hurtarás” (Éxodo 20:15).
Lecturas adicionales: Génesis 18:19; Levítico 19:15; Oseas 4:1-3; Juan 10:10; Romanos 2:21; 2 Corintios 5:21; 9:10.

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Este mandamiento es otra orden de Dios. Tenemos una sola opción ante esta orden: ¡Obedecerla!: “No hurtarás” (v. 15). A Dios se le puede hurtar. Malaquías lo expresa bien: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado” (Malaquías 3:8-9).

Jesús nos amonesta más allá del acto externo. Jesús nos amonesta a examinar nuestro corazón: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe.

Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mateo 23:23). Jesús no sólo nos pide que cumplamos el mandamiento, sino que nos exige “la justicia, la misericordia y la fe”. La orden de diezmar, ofrendar (a misiones, al sostenimiento de nuestros líderes distritales, para ayudas de compasión, etc.) aún está vigente hoy: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa...” (Malaquías 3:10).

Dios nos desafía a probarle con los diezmos y ofrendas, y promete bendecirnos si lo hacemos: “... y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (v. 10).

No sólo no debemos robar a Dios, además no debemos robarle a nadie. No podemos vivir en pecado y esperar que Dios nos bendiga. ¡Cumplamos con sus mandamientos!

Hoy oro para que examinemos nuestro corazón respecto al mandamiento de “no hurtarás” y actuemos según nos guíe el Señor.

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