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DEVOCIONALES

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La respuesta más poderosa que podamos recibir

Duración 369 días

La respuesta más poderosa que podamos recibir
“Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo” (Juan 4:25-26).
Lecturas adicionales: Juan 6:35; 8:12; 10:9; 10:11; 11:25-26; 14:6; 15:5.

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La mujer samaritana, hace la pregunta más importante de su vida: “¿Quién me puede salvar, cambiar, libertar? ¿Quién es el Libertador?”

Jesús da la respuesta más poderosa que alguien pueda oír: “YO SOY”.

En el Antiguo Testamento Moisés le pide a Dios que se identifique, que le dé su nombre. “Y respondió Dios Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”.

“YO SOY EL QUE SOY”, ese verbo “ser” en hebreo pudiera traducirse, “yo soy el que fue, el que es y el que será”.

Es decir, ¡Dios ES! Todo ser creado depende de Él.

Ahora Jesús contesta con las mismas palabras a la samaritana: “Yo soy tu Libertador. ¡Yo soy!

La mujer samaritana estaba buscando libertad, algo que la satisfaga. Buscaba la respuesta al vacío de su vida. Ahora Jesús le dice: “Yo soy” aquel que toda tu vida has buscado.

En el caso de Moisés, Dios declara que Él es el Libertador de Israel de la esclavitud de Egipto. En el caso de la samarita- na, Jesús es el Libertador del pecado que la esclaviza.

En el Evangelio según San Juan, Jesús dice siete veces “YO SOY”. Estos “yo soy” nos dan un panorama de quién es nuestro Libertador: Jesús, no hay ningún otro que pueda libertarnos totalmente.

Jesús es el pan de vida; sin Él nos morimos. Él es la luz; sin Él vivimos a ciegas; nos perdemos. Él es la puerta y el camino; Él es la entrada a la vida, porque Él es vida. Él es el buen pastor; Jesús nos da dirección y protección. Él es la vid, y estando en Él damos fruto abundante y que permanece.
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