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DEVOCIONALES

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Sólo quiero aceite de oliva puro

Estudio del libro de Génesis

Duración 233 días

Sólo quiero aceite de oliva puro
  “Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. Con él ungirás... Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones” (Éxodo 30:25-26, 29-31).
Lecturas adicionales: Números 4:16; Salmos 89:20; 92:10; 1 Juan 2:27.

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Dios ordenaba que todo lo que fuera para el servicio a Él debía ungirse con el aceite de la unción para santificarlo. A través de la historia Dios ha ungido a sus líderes para el servicio.
El aceite de la unción santa en el Nuevo Testamento representa al Espíritu Santo: “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas” (1 Juan 2:20).

El Espíritu Santo es el maestro que nos acompaña y el que nos guía a la doctrina correcta (esto no excluye el estudio, pues nos guía a medida que estudiamos la Palabra): “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26).

Nuestro buen Pastor cuando estamos sentados con Él a la mesa (si le hemos abierto nuestra puerta; véase Apocalipsis 3:20) nos unge con aceite (con el Espíritu Santo) y nos protege todo el día, aún en presencia de nuestros angustiadores: “Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores, unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días” (Salmo 23:5-6).

Si estamos dispuestos a ser ungidos, Él nos santificará con su unción. ¡Qué más podemos pedir!: “Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado” (Éxodo 30:29).

Hoy oro para que Dios nos renueve con su unción santa, para que toque nuestra vida con el Espíritu Santo y nos capacite para ser real sacerdocio con poder. Oro para que juntos nos deleitemos en su mesa.
 

 
 
 

 
 
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